SE CONOCE como Transierra una región casi lineal comprendida entre Zaragoza y Toledo. Transcurre a través
de los valles y mesetas situados entre el Sistema Central -Montes Carpetanos- y el Río Tajo, la vía natural
que atraviesa el Sistema Ibérico. En el año 742 -Batalla de Guadalete- se produce la irrupción de los pueblos
norteafricanos -árabes y bereberes- al mando de Tarik . Este hecho pone fin al control político, administrativo
y jurídico del territorio por parte de las monarquías visigodas. A partir de este momento, y aproximadamente
hasta el siglo XIII, la frontera entre los reinos cristianos y los musulmanes fue muy móvil.
Precisamente es en esta ruta, por su carácter de vía natural entre reinos (cañadas, caminos, etc.), donde fue
permanente el control por ambos contendientes. Los ejércitos de los Reinos de Navarra, Aragón, Castilla y
León, fueron en muchas ocasiones insuficientes para vigilar y defender una región tan vasta. En consecuencia,
las conocidas como Órdenes Militares -mitad monjes, mitad soldados- ocuparon un espacio de
excepción en la custodia, control y explotación rutas, cañadas y caminos y protección de las distintas
Plazas, Villas, Monasterios y Encomiendas que se fundaron. Las cumbres y cerros sobre los cauces de los
ríos Jalón, Tajo, Jarama, Henares, Bornoba, Sorbe y Tajuña, fueron enclaves idóneos para situar fortalezas
que, construidas por visigodos y árabes sobre basamentos celtíberos, y luego reformadas por los cristianos,
cambiaban frecuentemente de ocupantes. Así nació un nombre que permanece a través de los siglos:
Castilla -o “Tierra de Castillos”-.
Una de estas Órdenes Militares tuvo especial importancia para nosotros: los que en principio se
denominaron Pobres Caballeros de Cristo, y después, instalados por Balduino II de Jerusalén en el mismo
espacio ocupado por el mítico Templo de Salomón, pasaron a llamarse Caballeros Templarios u Orden del
Temple . Nacieron por inspiración de san Bernardo de Claravall, fundador de la Orden Monacal del Císter. De
hecho, su regla está inspirada en los mismos principios (de aquí que los contactos entre ambas institucio -
nes fueran más íntimos y frecuentes de lo que los autores suelen admitir).
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