04 mayo 2014

Satanismo y Masoneria - Mauricio Carlavilla


Uno de los casos más grotescos de la dura polémica entre la Iglesia católica y la masonería a finales del siglo pasado, y que dio origen a la leyenda del satanismo en la masonería, es el de Leo Taxil, francés, cuyo verdadero nombre era Gabriel Jogang Pagés, nacido en 1854 en Marsella. A los 19 años comenzó su doble carrera de periodista y fumista. Llegó a movilizar varias chalupas con más de un centenar de soldados armados de arpones para buscar los tiburones que infestaban la rada de Marsella. Numerosos pescadores habían dirigido cartas angustiosas a las autoridades de la zona. Poco después se supo que los tiburones sólo existían en la imaginación de Léo Taxil, que era quien había escrito todas las cartas. Por esas fechas estaba de redactor en un periódico sensacionalista La Marotte que acababa de ser prohibido por delito contra las buenas costumbres. Más tarde, Taxil, condenado a ocho años de prisión, logró huir a Ginebra, donde reincidió. Las sociedades de eruditos y de arqueología de toda Europa recibieron la sorprendente noticia de que las ruinas de una ciudad romana aparecían bajo las aguas del lago Leman. Una vez más Léo Taxil se había vuelto a reír de la opinión pública


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...