Sir William está considerado como uno de los investigadores más prestigiosos dentro de los
fenómenos paranormales. Sus trabajos y observaciones, realizadas con objetividad y sentido crítico,
le llevaron a afirmar públicamente su adhesión al Espiritismo como ciencia experimental que
demuestra la supervivencia del alma y la posibilidad de comunicación entre los mundos visible e
invisible.
Barrett fue un hombre de grandes inquietudes, sistemático y meticuloso. Nació en 1845 y murió a
la edad de 81 años (1926). Eminente físico, catedrático en la Universidad de Dublín, contribuyó
con sus investigaciones en física a un logro de la humanidad tan esencial y que nos es tan familiar
como es el teléfono.
A los 18 años ya empezó a investigar experiencias psíquicas, y a los 31 (1876), presentó a la
"British Association for the Advancement of Science" su trabajo sobre Algunos fenómenos
asociados a estados mentales anormales, en el que relacionó sus experimentos telepáticos y
atestiguó haber oído, cerca del lecho de un enfermo, sonidos y golpes inexplicable.
Comprometido con sus convicciones, el 6 de enero de 1882 convocó una reunión de eminentes
personas para estudiar la fundación de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, la cual se fundó el
20 de febrero.
Los primeros trabajos de la Sociedad estuvieron dedicados a la investigación experimental de la
transmisión de pensamiento y clarividencia, materia a la que William Barrett había consagrado gran
parte de sus investigaciones junto a los fenómenos de aparición, realizando valiosos estudios
recogidos en sus obras: En el Umbral de lo Invisible y Visiones en el momento de la muerte.
En esta última obra que tenemos la satisfacción de presentar, el autor empezó a recopilar
experiencias de pacientes en estado terminal, que manifestaban tener visiones tanto de
personas vivas como fallecidas, algunas de ellas verificadas por los asistentes.
Por todo ello, es una obra recomendable y atrayente, dada su concreción en el tema, que
aporta muy valiosos datos sobre la veracidad de la sobrevivencia del alma después de la
muerte.
fenómenos paranormales. Sus trabajos y observaciones, realizadas con objetividad y sentido crítico,
le llevaron a afirmar públicamente su adhesión al Espiritismo como ciencia experimental que
demuestra la supervivencia del alma y la posibilidad de comunicación entre los mundos visible e
invisible.
Barrett fue un hombre de grandes inquietudes, sistemático y meticuloso. Nació en 1845 y murió a
la edad de 81 años (1926). Eminente físico, catedrático en la Universidad de Dublín, contribuyó
con sus investigaciones en física a un logro de la humanidad tan esencial y que nos es tan familiar
como es el teléfono.
A los 18 años ya empezó a investigar experiencias psíquicas, y a los 31 (1876), presentó a la
"British Association for the Advancement of Science" su trabajo sobre Algunos fenómenos
asociados a estados mentales anormales, en el que relacionó sus experimentos telepáticos y
atestiguó haber oído, cerca del lecho de un enfermo, sonidos y golpes inexplicable.
Comprometido con sus convicciones, el 6 de enero de 1882 convocó una reunión de eminentes
personas para estudiar la fundación de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, la cual se fundó el
20 de febrero.
Los primeros trabajos de la Sociedad estuvieron dedicados a la investigación experimental de la
transmisión de pensamiento y clarividencia, materia a la que William Barrett había consagrado gran
parte de sus investigaciones junto a los fenómenos de aparición, realizando valiosos estudios
recogidos en sus obras: En el Umbral de lo Invisible y Visiones en el momento de la muerte.
En esta última obra que tenemos la satisfacción de presentar, el autor empezó a recopilar
experiencias de pacientes en estado terminal, que manifestaban tener visiones tanto de
personas vivas como fallecidas, algunas de ellas verificadas por los asistentes.
Por todo ello, es una obra recomendable y atrayente, dada su concreción en el tema, que
aporta muy valiosos datos sobre la veracidad de la sobrevivencia del alma después de la
muerte.
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