Para empezar, aclarar al lector despistado que no estamos ante una
novela de ciencia ficción, aun siendo publicada por Minotauro, ni
tampoco estamos ante una novela histórica, género que cultiva con gran
acierto León Arsenal en los últimos tiempos. Nos encontramos ante una
novela sugida al rebufo del éxtio del Código Da Vinci que ha contribuido
a llenar las estanterias de títulos similares, la mayoría de ellos con
una calidad manifiestamente mejorable. Claro que este no es el caso.
La novela nos cuenta una historia llena de tópicos, sociedades secretas, teosoros escondidos, laberintos subterraneos llenos de trampas, misterios de la historia, que tanto gustan hoy en día, que auna todos y cada uno de los elementos de este género. Si hasta en un momento de la misma la protagonista llega a hacer un resumen de lo sucedido hatsa ese momento y dice "Y ahora los templarios...", como si el propio autor confesase que estamos ante un producto concebido para el entretenimiento puro y duro, sin más aspiraciones que hacer pasar un rato al lector, sin que este tenga que calentarse mucho la cabeza. Lo que diferencia a esta obra de los cientos de características similares que pueblan las librerias es la competencia del autor que con este material construye un producto digno, que en ningun momento aburre, ni insulta a la inteligencia del lector.
La pena es ver a un autor como León Ársenal metido en este tipo de menesteres cuando ha demostrado ser capaz de empresas mucho mayores como con la excelente La boca del Nilo o su colección de relatos Besos de alacrán.A buen seguro que esta novela constituirá un hito en la carrera comercial del autor, pero lo que es seguro es que es un paso atrás en su carrera literaria. Aun así una lectura muy apropiada para estas tardes veraniegas que se nos aproximan.
La novela nos cuenta una historia llena de tópicos, sociedades secretas, teosoros escondidos, laberintos subterraneos llenos de trampas, misterios de la historia, que tanto gustan hoy en día, que auna todos y cada uno de los elementos de este género. Si hasta en un momento de la misma la protagonista llega a hacer un resumen de lo sucedido hatsa ese momento y dice "Y ahora los templarios...", como si el propio autor confesase que estamos ante un producto concebido para el entretenimiento puro y duro, sin más aspiraciones que hacer pasar un rato al lector, sin que este tenga que calentarse mucho la cabeza. Lo que diferencia a esta obra de los cientos de características similares que pueblan las librerias es la competencia del autor que con este material construye un producto digno, que en ningun momento aburre, ni insulta a la inteligencia del lector.
La pena es ver a un autor como León Ársenal metido en este tipo de menesteres cuando ha demostrado ser capaz de empresas mucho mayores como con la excelente La boca del Nilo o su colección de relatos Besos de alacrán.A buen seguro que esta novela constituirá un hito en la carrera comercial del autor, pero lo que es seguro es que es un paso atrás en su carrera literaria. Aun así una lectura muy apropiada para estas tardes veraniegas que se nos aproximan.
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