En su libro sobre “Los
años oscuros de Jesús”, decía Robert Aron que Moisés había sido el
instrumento de la victoria de Dios sobre la idolatría primitiva del
pueblo de Israel, y que, más tarde, Jesús había sido el instrumento de
la victoria de Dios sobre la idolatría evolucionada de griegos y
latinos. Hoy quedaría por superar el pensamiento materialista. Pero
Robert Aron no decía quién sería el instrumento de esta victoria.
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