El telepredicador Richland recibe una llamada del
marchante de arte Roland Wheeler para proponerle la compra de un cuadro
por veinticinco millones de dólares, un precio desorbitado que sin
embargo está dispuesto a pagar. Se trata de una imagen del rostro de
Cristo del siglo I, ordenada por Pilato después de la flagelación y que
concede el don de la vida a su poseedor. Y el predicador está convencido
de que la imagen lo curará del cáncer. T.K. Malloy, ex agente de la
CIA, recibe su primera misión como detective por cuenta propia: recoger
el cuadro en el banco suizo donde está depositado y entregarlo en el
aeropuerto a Bob Whitefield, hombre de confianza del predicador. Pero a
partir de aquí todo empezará a complicarse, porque hay varios grupos
dispuestos a hacerse con la imagen a cualquier precio.
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