La Comunidad del Anillo:
El Señor de los Anillos constituye la continuación de un libro anterior de Tolkien, El Hobbit, que cuenta la historia de cómo el Anillo del Poder pasa a las manos de Bilbo Bolsón, el tío de Frodo Bolsón. En un nivel más profundo, constituye la continuación de otro libro llamado El Silmarillion, que habla de la creación de la Tierra Media y de todas las criaturas que en ella habitan, así como del primer Señor Oscuro, maestro de Sauron, y de las luchas por los Silmarils.
En el Señor de los Anillos
desaparecen las fuerzas mágicas, las criaturas fantásticas son ya muy
escasas y poco poderosas, los elfos y magos emigran a las Tierras
Imperecederas (algo parecido al Valhalla de la mitología nórdica), y
los hechiceros que quedan mueren, la civilización de los enanos es
destruida, los orcos y trolls desaparecen y los pocos hobbits
supervivientes se ocultan en la misteriosa Comarca, así pues, la Cuarta
Edad representa nuestro mundo actual, donde solo permanecen los
humanos, y la naturaleza defallece contra la industria.
El señor de los anillos narra las aventuras de un grupo de seres: (elfos, hobbits, enanos, humanos), que forman la Comunidad del Anillo en su intento por destruir el Anillo Único, forjado por Sauron. Es la historia del héroe del pueblo llano, de aquella persona que aún sabiendo que su destino puede ser fatal, lucha por cumplirlo, pues de él depende la continuidad de su mundo.
El señor de los anillos narra las aventuras de un grupo de seres: (elfos, hobbits, enanos, humanos), que forman la Comunidad del Anillo en su intento por destruir el Anillo Único, forjado por Sauron. Es la historia del héroe del pueblo llano, de aquella persona que aún sabiendo que su destino puede ser fatal, lucha por cumplirlo, pues de él depende la continuidad de su mundo.
En la adormecida e idílica Comarca, un
joven hobbit recibe un encargo: custodiar el Anillo Ünico y emprender
el viaje para su destrucción en las Grietas del Destino.
Consciente
de la importancia de su misión, Frodo abandona la Comarca e inicia el
camino hacia Mordor con la compañía inesperada de Sam, Pippin y Merry.
Pero sólo con la ayuda de Aragorn consegurián vencer a los jinetes
Negros y alcanzar el refugio de la Casa de Elrond en Rivendel.El Retorno del Rey:
La Comunidad se ha disuelto: Frodo y San emprenden solos la última parte del viaje.
Boromir ha muerto y Merry y Pippin son secuestrados por los orcos.
Aragorn, Légolas y Gimli se encuentran ante la difícil decisión de seguir al Portador del Anillo o rescatar a los dos hobbits.
Es tanta la pasión que ha levantado la saga del Señor de los Anillos, del mítico J. R. R. Tolkien (1892-1973), que hablar de lo que podría considerarse como su prólogo El Hobbit, aunque sea una novela aparte, tiene como obligación hacer referencia a los volúmenes posteriores.
Y es que su protagonista absoluto, Bilbo Bolsón, es tío de Frodo Bolsón, que será el personaje principal de la archiconocida trilogía. En la Tierra Media, una trabajada y magnífica dimensión alternativa con tono mitológico y medieval, Bilbo (un ser pequeño y hogareño de una etnia denominada hobbits) es visitado por Gandalf el Gris, un mago carismático y legendario, para ayudar a una tropa de enanos, liderados por Thorin, a recuperar un tesoro que guarda un dragón llamado Smaug. Es un argumento aparentemente sencillo e infantil, que esconde un ritmo ágil pero relajado, repleto de aventuras pero también de adjetivos y de innecesarias descripciones.
Tolkien escribió esta obra a partir de 1930 como regalo para sus hijos, y se nota mucho. Las andanzas de Bilbo con los enanos hacia la Montaña Solitaria, donde se encuentra la guarida del dragón, son complacientes y previsibles, pero dotadas de una excitación y de unos diálogos perfectamente barrocos.
Es imposible, como he dicho, hablar de El Hobbit sin hablar de El Señor de los Anillos (que transcurre décadas después), y hay acontecimientos que ocurren en esta novela que determinarán algunos sucesos de la saga. Por ejemplo, Bilbo, con un sutil y extraordinario juego de adivinanzas, arrebata a Gollum (un hobbit degenerado por la codicia) un anillo que al parecer otorga invisibilidad e inmortalidad a quien lo lleva puesto. Asimismo, se describe una guerra entre humanos, orcos, enanos y demás especies que será vital en la posterior obra de su autor.
La narración es trepidante, minuciosamente cuidada, y mimada hasta el extremo, con un tratamiento afectuoso a sus personajes, de manera que es posible coger cariño incluso al villano de la historia: un dragón perverso y presuntuoso, que tiene en Bilbo su antagonista, ya que gracias al anillo obtenido a lo largo del viaje, aprovecha sus nuevos poderes para enfrentarse a él, de una forma indudablemente divertida y fluida.
La inverosimilitud de ciertos pasajes se suele compensar con la increíble versatilidad en la descripción y puesta en escena, de manera que el lector puede apreciar con precisión los detalles de ciertos momentos de la trama sin esfuerzo alguno, para mayor fortuna de su autor. La amenidad del libro está presente en todo él, sin que los altibajos se hagan notar demasiado, y constituyendo el libro perfecto de literatura juvenil, con un universo atractivo desde primera instancia, y unos personajes suficientemente perfilados (por lo menos los principales, porque la horda de enanos es uniforme y casi carente de identidad). Un libro memorable y antológico por méritos propios, donde nada es lo que parece y donde el disfrute está prácticamente asegurado. Lo mejor de todo es que el estilo se identifica maravillosamente con la manera que tendría un abuelo de contarle a su nieto una historia apasionante, con canciones, batallas, héroes y malvados, algo de agradecer para todo tipo de lectores, niños, jóvenes y adultos. Lo cierto es que gracias a esto, engancha, y su lectura jamás se hace tediosa.
Una novela muy conseguida en todos los aspectos, que encumbró a Tolkien aún sin tener en cuenta la saga que más tarde le haría un hueco entre los grandes. Quizás sea exagerado considerarle el padre de la literatura fantástica moderna, como algunos aseguran, pero desde luego ha sido un autor que ha demostrado todas las virtudes narrativas e imaginativas que tenía a su alcance, para bien de todos nosotros. El Hobbit es la prueba de que leer un libro puede ser un viaje alucinante a un mundo fascinante y distinto.
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