Rubén Uriarte, (Caso Coyame/Coyame UFO Crash) junto con Noe Torres
coautor del Libro “Mexico's Roswell”, dieron una extensa y solida
explicación de este caso ocurrido en 1974 en Chihuahua, México.
EL CASO COYAME Ovni Estrellado en Chihuahua Mexico
Chihuahua, México, 1974
Por Ana Luisa Cid
De
acuerdo a las investigaciones de Vince Johnson, un objeto volador no
identificado colisionó con un avión civil en el desierto de Coyame,
durante la noche del 25 de agosto de 1974.
Según su informe, a
las 22:07 hrs. el radar de la defensa aérea de Estados Unidos detectó un
objeto desconocido en el área del Golfo de México, desplazándose a
4,500 km/h y a una altitud de 75,000 pies, en un curso que interceptaría
al territorio estadounidense (cerca de 40 millas al suroeste de Corpus
Christi, Texas).
Después de un minuto de observación, el objeto
desaceleró dando una vuelta repentina de 290° e iniciando un descenso en
pendiente lenta, con dirección al espacio aéreo mexicano, a 64 km. del
sur de Brownsville, Texas.
El radar lo siguió hasta un punto
cercano de la ciudad de Coyame, en el estado mexicano de Chihuahua, no
lejos de la frontera con Estados Unidos. En este sitio el objeto volador
desapareció repentinamente de las pantallas del radar.
El descenso fue escalonado, no en curva ni en línea recta, manteniendo cada nivel por espacio de 5 minutos.
El
objeto fue seguido por dos diversas instalaciones militares del radar.
Habría estado dentro de la gama del radar civil de Brownsville. El punto
de la desaparición estaba sobre una zona árida y poco poblada del norte
de México.
Inicialmente asumieron que podía ser un meteorito
debido a la trayectoria de vuelo de alta velocidad y descendente. Pero
éstos viajan a velocidades más altas y descienden en un arco liso, no en
“pasos.” Además los meteoritos no realizan treinta y cinco cambios de
grado en curso.
Poco después de la detección se hizo una llamada
de alerta a la defensa aérea. Sin embargo, antes de que cualquier forma
de interceptación actuara, el objeto dio vuelta en una dirección no le
llevaría al territorio de los E.E.U.U., por lo que la alarma fue apagada
en un plazo de veinte minutos después de su desaparición en el radar.
Cincuenta
y dos minutos después de que dejaron de verlo en la pantalla, el radio
civil indicó tráfico de un avión que había entrado en esa área. Pero
estaba claro que el avión que había salido de El Paso, Texas con destino
a la Ciudad de México no era lo que habían detectado sobre el Golfo de
México.
El avión civil fue observado, sin embargo, desapareció en
la misma área y al mismo tiempo que el objeto desconocido, (sugiriendo
una colisión entre ambos).
Al día siguiente las autoridades
mexicanas comenzaron la búsqueda del avión. Aproximadamente a las 10:35
hrs. vino un informe de radio comunicando que algunos restos del
aeroplano habían sido detectados en el aire. Casi inmediatamente se dio
un segundo reporte, de otro “avión” en la tierra, a pocas millas del
primero. Minutos más tarde un informe adicional indicó que el segundo
“avión” era de forma circular, y al parecer, de una sola pieza, aunque
estaba dañado. Después las oficinas mexicanas declararon silencio de
radio para la búsqueda.
Las comunicaciones fueron interceptadas
por Estados Unidos a través de los canales de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), según Johnson.
La CIA comenzó inmediatamente a
formar un grupo de recuperación. La velocidad con la cual fue montado
el equipo sugiere que esto fuera un ejercicio bien-ensayado, o bien, que
ya había sido realizado anteriormente.
Mientras tanto, se
iniciaron las peticiones de intervención en los niveles más altos.
Estados Unidos solicitó al gobierno mexicano que le permitieran ingresar
con su equipo de rescate, pero la propuesta fue denegada, ya que las
autoridades mexicanas afirmaban que sólo era un avión siniestrado,
negando los demás hechos.
No obstante, a las 21:00 horas del 26
de agosto, el equipo de recuperación norteamericano ya se encontraba
preparado en la base de Fort Bliss, con 4 helicópteros: 3 de tipo “Huey”
y un gran “Sea Stallion”.
Los estadounidenses evaluaban la
situación, vigilando a través de satélites espías y aviones que volaban a
baja altura, revelando que los mexicanos tenían al objeto recuperado en
un camión, seguramente para sacarlo del desierto.
En este punto,
la CIA tuvo que tomar decisiones; permitir que el “avión” desconocido
permaneciera en manos del gobierno mexicano o lanzar el equipo de
recuperación para rescatar al ovni. Sin embargo, los satélites indicaron
que el convoy mexicano había detenido su marcha antes de alcanzar
cualquier área habitada o carretera.
Las fotos demostraban que
todos los carros y jeeps pararon, algunos con las puertas abiertas, y
que había dos cuerpos humanos en la tierra, al lado de los vehículos. La
decisión fue tomada inmediatamente para lanzar el grupo de rescate
norteamericano, soportado con la llegada de equipo adicional.
Algunos miembros del grupo de Estados Unidos vestían con trajes de bioprotección.
El
objeto volador estaba atado con cadenas en la parte trasera de un
camión mexicano, así que ellos configuraron de nuevo las correas y
conectaron un cable de carga al “Sea Stallion” para llevarlo así a los
Estados Unidos.
A las 17:14 horas, el objeto recuperado estaba en
territorio norteamericano. Los helicópteros “Huey” salieron a las 17:46
hrs. Sin embargo, antes de abandonar el sitio, los miembros del equipo
de recuperación recolectaron los vehículos y los cuerpos mexicanos,
destruyéndolos con potentes explosivos. Esto incluyó los restos del
avión civil que había estado implicado en la colisión, borrando de esta
manera cualquier rastro o evidencia.
Entonces se dirigieron a un
punto de las montañas Davis, aproximadamente 25 millas al noreste de
Valentine. Allí aterrizaron y esperaron hasta las 02:25 horas de la
mañana siguiente, momento en que retomaron el vuelo.
El disco
recuperado fue transferido a un camión lo bastante grande para manejarlo
junto con el objeto desconocido, que fue ocultado totalmente. Algunos
militares de los “Huey” viajaron en el convoy.
Entonces todos los
helicópteros volvieron a sus bases originales para los procedimientos
de descontaminación. El convoy continuó directo, usando los caminos
traseros y carreteras más pequeñas, permaneciendo lejos de las ciudades.
El destino era, según se informa, Altanta, Georgia.
Aquí la
evidencia se diluye. Un informe sin confirmar dice que el disco fue
transferido eventualmente a la base de Wright-Patterson AF. Otro asegura
que fue llevado a una base desconocida, y otro afirma que se encuentra
en una base de Georgia, en Atlanta.
La mejor descripción del ovni
dice que era un disco de casi 5 metros de diámetro, con un grosor de
metro y medio, convexo en ambos lados. Sin ventanas ni puertas visibles,
de color plateado como el acero pulido. Que no tenía luces ni sistemas
de propulsión a la vista. Sin marcas o logotipos. Estiman que pesaba 680
kg., de acuerdo con el efecto del peso en el helicóptero que lo
transportó.
También señalaron que el disco volador estaba dañado,
con un agujero irregular de aproximadamente 30 cm. de diámetro y con
una abolladura de 60 cm. de ancho. Probablemente el agujero fue causado
por la colisión con el avión civil.
El impacto ocurrió mientras
el objeto viajaba aproximadamente a 3,146 km/h, de manera uniforme, no
haciendo caso de la velocidad del avión civil, por tanto, la colisión
habría sido considerable. Lo anterior coincide con la descripción de la
aeronave que fue casi totalmente destruida.
El segundo daño pudo haber resultado cuando el objeto impactó con la tierra.
No se hace ninguna mención de los ocupantes del avión y se desconoce si recuperaron algún cuerpo
Desafortunadamente
no se sabe qué causó la muerte de los militares mexicanos. La
especulación se extiende a un producto químico lanzado del disco como
resultado del daño, o a un agente microbiológico, resultando lógica la
premisa de que los agentes mexicanos tomaron algún cuerpo extraterrestre
para su análisis, aunque no hay una certeza en el dato. Quizás no
tenían los medios adecuados para transportar lo que pudo ser un cuerpo
biológico contaminado.
Los reportes de la Administración Federal
de Aeronáutica (FAA) no refieren documento alguno sobre el desplome del
avión civil, probablemente porque no implicó una aeronave de los Estados
Unidos.
Los hechos se han recolectado a partir de testigos y de
la documentación copiada de manera ilegal, así como un documento que ha
sido destruido parcialmente.
En febrero de 1993 estas notas
pasaron a manos de Vince Johnson y su equipo, quienes a su vez
compartieron la investigación en 1996 con el grupo mexicano GIFAE,
presidido por el Ing. Gilberto Rivera.
Quedan en el aire las
preguntas: ¿Por qué el objeto recuperado se llevó a Atlanta? ¿El Comando
de Defensa del Espacio Aéreo Norteamericano (NORAD) tiene expediente de
los hechos? ¿De dónde provenía ese disco volador?
Gracias Ana Luisa Cid por esta informacion.
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