Se sabe tan poco de la Inquisición Gallega que reeditar este libro, casi centenario y superbuscado, constituye, creemos, una evidente utilidad. Por otra parte, recientes estudios españoles sobre historia de la brujería o sobre la actitud de la Inquisición ante brujos, hechiceros y astrólogos, desconocen o soslayan los procesos exhumados en este volumen por el investigador Bernardo Barreiro, cual si sólo el “affaire” de las brujas de Vich y el de las de Baztan, en el siglo XVII, fuesen los únicos. A historiadores gallegos y no gallegos puede ilustrar el presente libro. En esta crónica abundan los brujos y hechiceros del pueblo llano, pero de vez en cuando aparecen personalidades de la “inteligentzia”, como Patricio Sinot, profesor de Retórica de la Universidad de Compostela. No pocos procesos son pródigos en datos sobre la vida y “milagros” de los encartados, algunos de existencia tan patética como María Soliña, que murió a los setenta años a consecuencia de terribles y reiteradas torturas y a quien ha desagraviado, en lo posible. El poeta Celso Emilio Ferreiro en una composición ya famosa. Bernardo Barreiro, enemigo implacable de la Inquisición, es, a la vez, enemigo de las mil supersticiones que “entangarañan” el paisaje espiritual de Galicia aún a finales del XIX. Libro escrito con un pie en el trágico pasado y con el otro en el triste presente, Bernardo Barreiro proclama la necesidad de desterrar, con la voz de la ciencia y de la persuasión civil, todo aquello que frene o empobrezca la vida de Galicia, “de esta tierra infortunada”. Nuestra edición está enriquecida por una apasionada semblanza que de Barreiro escribió su contemporáneo Curros Enriquez, y por un estudio de Carlos Alonso del Real, catedrático de la Universidad Gallega, gran conocedor de nuestra historia y eminente brujólogo. Este prólogo, más crítico que apologético, nos sitúa debidamente en el texto y el contexto de Bernardo Barreiro.
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