El Imperio romano tuvo que luchar sin descanso contra los insurrectos judíos que, inspirados en las gestas de los Macabeos, pretendían liberar la tierra de Israel del yugo extranjero. Uno de estos sediciosos fue el galileo Jesús el Nazoreo, arrestado y crucificado por el gobernador Poncio Pilato. La figura de Jesús entró inmediatamente en un ciclo legendario que haría de él un maestro, un hacedor de milagros, un profeta del Mesías, el mismo Mesías y, al cabo, el Hijo de Dios. La inmensa mayoría de las obras consagradas a Jesús se mueven en el ámbito de estas creencias, aceptando como histórico el personaje presentado por el mito y la leyenda. La crítica histórica laica, por medio de un riguroso examen de los documentos, permite deslindar los elementos míticos, las creaciones legendarias y los hechos verificables, situando a Jesús en su verdadero contexto, que es el de la lucha armada contra los romanos. Esta misma crítica histórica ha permitido identificar junto a Jesús la importantísima figura de su hermano Santiago, el verdadero fundador y guía de la primera comunidad cristiana de Jerusalén, personaje que la leyenda cristiana ortodoxa pretendió ocultar bajo una cortina de humo y que los documentos de las corrientes marginales, y en particular las fuentes coptas, restituyen al lugar que le corresponde. Este libro analiza todos los documentos cristianos, judíos y paganos concernientes a Jesús, y por medio de criterios rigurosos intenta rescatar los datos que permitirán configurar una imagen plausible del Jesús de la historia, libre de las contaminaciones de las creencias y de las leyendas. Obra sin duda polémica, pero difícilmente objetable a la luz de la documentación histórica, de la mano de un especialista de talla internacional.
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