Es
muy conveniente que tratemos de explicarnos la variada problemática
imperante en la Cábala dentro del expresado resurgimiento del mito, al
menos en sus características fundamentales. Hemos de aludir
preferentemente, en relación con las presentes cuestiones, a la lucha
entre el pensamiento lógico-discursivo y el representativo-simbólico
dentro de la Cábala, a cuya literatura e historia presta un carácter muy
particular. Ocurre que las creaciones decisivas de la Cábala son, a
partir de la primera fijación literaria, imágenes con frecuencia,
imágenes de un impresionante contenido mítico. Este es, por ejemplo, el
caso del Bahir, el de los gnósticos castellanos del siglo XIII, el del
libro Zóhar y el de Isaac Luria de Safed. Al lado de ello, y casi
siempre a la par, encontramos, sin embargo, una tendencia a la
justificación especulativa y a la interpretación lógica de esos
símbolos.
Naturalmente,
en este proceso se ponen de manifiesto la preponderancia y la
naturaleza primaria de los símbolos con respecto a los conceptos. Es
imposible llegar a disolver verdadera y totalmente los símbolos en los
conceptos que los cabalistas especulativos o filosofantes han intentado
poner con bastante frecuencia (y también con poco sistema) en el lugar
de aquéllos. Ciertas concepciones, como la de la Sejiná, la del
tsimtsum, la de la rotura de los recipientes, por citar sólo algunos
ejemplos, y de las que trataremos, al menos brevemente, en las páginas
siguientes, son sólo comprensibles como símbolos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario