
En
una nota al principio de la novela “EL CODIGO DAVINCI”, el autor, Dan
Brown, declara:‘todas las descripciones de arte, arquitectura,
documentos y rituales secretos en esta novela son fidedignas’. Como
demostramos en “LAS CLAVES DEL CODIGO DAVINCI”, esto es falso: los
errores, las invenciones, las tergiversaciones y los simples bulos
abundan por toda la novela. La pretensión de erudición cae al suelo al
revisar la bibliografía que ha usado: los libros serios de historia o
arte escasean en la biblioteca de Brown, y brillan en cambio las
para-ciencias, esoterismos y pseudo historias conspirativas. Dan Brown,
en su propia página web, dice bien claro que no ha escrito sólo una
novela llena de despropósitos para divertir: ‘Como he comentado antes,
el secreto que revelo se ha susurrado durante siglos. No es mío’. El
resultado es que las ventas de libros pseudo históricos sobre la
Iglesia, los evangelios gnósticos, la mujer en el cristianismo, las
diosas paganas, etc. se han disparado: la web de libros Amazon.com es la
primera beneficiada, enlazando El Código Da Vinci con libros de
pseudos historia neopagana, feminista radical y new age. La ficción es
la mejor forma de educar a las masas, y disfrazada de ciencia –historia
del arte y de las religiones en este caso– engaña mejor a los
lectores. Como afirma el dicho: ‘calumnia, que algo queda, y si
calumnias con datos que suenen a científico – aunque sean inventados –
queda más’.
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