Ninguna persona con mediana formación y sentido común duda, en el actual estadio de conocimiento científico, de que en la inmensidad del universo tienen que existir civilizaciones inteligentes en millones de planetas -independientemente de cúal pueda ser la morfología de sus habitantes- y de que, por consiguiente, sus niveles evolutivos serán también diferentes tanto entre sí como en relación a nosotros, sencillamente porque unas galaxias son más "viejas" que otras. Ni tampoco que en aquellos planetas donde la evolución sea mayor que en el nuestro, sus habitantes deben haberse desarrollado más, y no sólo en el ámbito del conocimiento y de la ciencia, sino también desde el punto de vista ético y del desarrollo personal porque la evolución es siempre global. De lo que se infiere que un ser más evolucionado habrá desarrollado, consecuentemente, las facultades que en nosotros se hallan aún en estado incipiente, entre ellas la telepatía.
El autor afirma que un extraterrestre llamado Geenom lleva un tempo comunicándose telepáticamente con ciertas personas. Estas comunicaciones en su momento fueron plasmadas en la revista Mas Allá además de en la trilogía "Los manuscritos de Geenom" del grupo Aztlán. Uno de los directores de la revista Mas Allá escribió este libro que se supone que trasncribe una entrevista con Geenom. Jose Antonio Campoy fue además Presidente de la Asociación Española de Licenciados en Ciencias de la Información (AELCI) entre 1977 y 1984.
Las opiniones en la red sobre esta
comunicación son de lo más variadas, pero incluso los más escépticos
reconocen que su valor filosófico es innegable. Es evidente que desde el
punto de vista de unos seres más racionales, pacifistas y ecologistas
que nosotros, lo estamos haciendo fatal. Lo importante sería juzgar el
mensaje y no el mensajero.
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