El historiador Hugh Trevor-Roper nos introduce en este volumen en el
Hitler más íntimo, el que se relajaba departiendo con sus colaboradores.
Hitler sigue siendo el gran misterio de la historiografía de nuestro
tiempo. Un hombre sin apenas estudios, pintor fracasado, vagabundo en
Viena (ciudad con la que quedaría resentido toda su vida, según se
desprende de estas conversaciones) y oscuro cabo en la Primera Guerra
Mundial, parecía ser la persona menos idónea para llegar a ser un día el
hombre más poderoso de Europa.
Impactado por la derrota alemana de 1918, Hitler
se acercó paulatinamente a los grupos nacionalistas que predicaban que
Alemania no había sido derrotada en el campo de batalla, sino que había
sido traicionada por el frente interno, convirtiéndose en 1921
en el líder del partido Nacionalsocialista, gracias a su gran habilidad
como orador y organizador. En 1933 y, nunca hay que olvidarlo, tras unas
elecciones democráticas, los nazis subieron al poder, convirtiendo a Hitler en el líder supremo de Alemania.
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