26 noviembre 2012

El Manuscrito Copiale Cipher




Denominado Copiale (una de las escasas palabras escritas en texto claro), este libro de 105 páginas encontradas en los archivos de la antigua Alemania del Este desafió a los expertos en criptografía. Hay que decir que es una mezcla de latín, griego y lenguaje simbólico. Han reparado en que un signo designa el sexo femenino o que en matemáticas, indica el infinito, o diferentes formas geométricas.
El equipo que se reunió en torno al “código Copiale” estaba conformado por lingüistas. Kevin Knight es americano, Beata Megyesi y Christiane Schaefer son suecos. No han utilizado las herramientas de la criptografía, sino las de la traducción. En resumen, este es considerado como un texto codificado como si estuviese escrita en un idioma extranjero. La idea no es nueva y ha sido publicada por Warren Weaver, un teórico de la traducción, que se proponía utilizar los métodos de la criptografía y la traducción (podemos ver que Kevin Knight está trabajando en SDL Weaver, nacido la fusión de SDL y de Language Weaver Inc.)
Se hacían llamar así mismos Los oculistas –por la fascinación de sus miembros hacia esta práctica médica, aunque ninguno de ellos la ejercía–, y desarrollaron su actividad en la Alemania del siglo XVIII. Hasta ahora, era poco lo que se sabía de esta singular sociedad secreta, pues buena parte de sus doctrinas e intenciones estaban codificadas critográficamente a lo largo de 105 páginas manuscritas cubiertas de letras griegas y romanas y extraños símbolos aparentemente sin sentido.
Sin embargo, el Copiale Cipher (Código Copiale) –así se conoce a este documento–, ha sido finalmente descifrado por un grupo de expertos en criptografía, liderados por el científico informático Kevin Knight, del Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad del Sur de California. Con la ayuda de Beáta Megyesi y Christiane Schaefer, de la Universidad de Uppsala (Suecia), Knight y sus colegas analizaron al detalle el manuscrito, descubierto tras el fin de la Guerra Fría en la Academia de Berlín Oriental. En un principio centraron sus esfuerzos en los caracteres latinos y griegos del texto, creyendo que allí se encontraba la clave, pero el resultado fue un rotundo fracaso.
Después de probar con más de ochenta idiomas, los expertos llegaron a la conclusión de que aquellos caracteres, los únicos identificables a primera vista, eran meras distracciones para desviar la atención de los curiosos, así que se centraron en los símbolos más misteriosos. Fue así como descubrieron que dichos símbolos equivalían a distintas letras que daban forma a un texto en alemán. ¿El resultado? Los más de 75.000 caracteres detallaban los rituales y las aspiraciones políticas de aquel excéntrico grupo.
Tras el éxito con el Copiale, Knight y sus colegas planean enfrentarse ahora a otros códigos codificados que siguen desafiando a los especialistas, como los mensajes cifrados que dejó el célebre Asesino del Zodiaco, el mensaje en clave existente en el cuartel general de la CIA o el intrigante manuscrito Voynich. A continuación os dejamos con un vídeo (en inglés) en el que Knight explica su investigación sobre el singular manuscrito.



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